viernes, 4 de febrero de 2011

POR SAN BLAS LACIGÜEÑA VERAS


TRES DE FEBRERO
SAN BLAS Y LA GARGANTILLA

Este es otro de los santos que me van, y digo por qué. Enfermizo yo de la garganta siendo muchacho, mi madre no tuvo más remedio que acudir a quien hay que acudir cuando el médico no acierta con el remedio. Y acudió a San Blas.
y compró la gargantilla y la anudó a mi garganta. He tenido durante muchos años gargantilla y de diversos colores, no se si porque los males que se manifiestan en la garganta son de diversa índole y cada color sirve para cada caso. Lo cierto es que yo, desde niño, fui chaval de gargantilla, y cuando salí del entorno, porque la vida nos abre otros caminos, siempre rogaba a mi madre que
me comprara mi gargantilla. así que no puedo dejar de ser de esta cofradía.
Vivía yo con mis padres, en un pueblecito de Salamanca, Corporario de la Ribera, y allí era patrono, y continúa siéndolo , San Blas. Así es que, además de de mi gargantilla,era mi día de procesión, de subirme al campanario para doblar las campanas, de ver al santo sobre sus andas y a los feligreses tras sus pasos. Por las tardes, baile en la plaza, y él allí, festivo, contemplando a los danzantes...
Por lo tanto, para mí, San Blas es garganta sin los rigores del invierno, que por aquellos pagos se las traían, y festividad bullanguera, que por aquellos pagos no se escatimaba.Un recuerdo de niño es para mí San Blas, y todos estos
recuerdos dejan huella.
........ Así es que este San Blas, día en que nos anuncian que la cigüeña regresa,
y en el campanario de su iglesia nido había, y hay, es santo de mi devoción. Los
argumentos que tengo son tan personales que parece que que mis argumentos
sobraran, pero ¿ quién le dice a quien sea que sus argumentos no son válidos para ser amigo de de su amigo?
No sé si San Blas realizó conmigo algún milagro en la garganta, lo que sí sé es que la gargantilla la llevé muchos años, igual que ahora llevo elcrucifijo en mi cadena, y que nadie me lo quite. Lo que sí sé es que siempre le tuve confianza y
todavía hoy se lo tengo, a pesar de no temerle tanto al mal de garganta.
Texto extraído del libro "EL DÍA DE TU SANTO" TOMO I. Autor :
ADOLFO CARRETO HERNANDEZ.

He intentado resumir un poco, para evitar ser demasiado exteso, pero sin perder la esencia del contenido.
En el texto plasma los recuerdo y vivencias de la niñez, haciendo tremendamente humanos a quienes consideramos divinos, todo un arte de hacer cercano a quienes aveces consideramos que fueron seres alejados de nuestro mundo real.
- Rosario Carreto Hernández -

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Charo, yo también soy, por decirlo de algún modo, fan de la gargantilla. Me la cuelgo con mucho orgullo y no me la quito hasta que el sudor o el tiempo la deforman o se rompe. Podría lavarla y seguir con ella pero no lo hago porque creo que ha cumplido su ciclo.
Del mismo modo que llevo colgando del cuello otros "recordatorios" de escaso valor económico que adquirí en Tierra Santa.
Habrá quien piense que son chorradas, sin embargo para mi tienen gran valor. Valor que sólo sabemos ellos, los recordatorios y yo.
Cuando la gargantilla se deja ver entre el cuello de la camisa, siempre hay alguien que me pregunta: "Que es eso que llevas en el cuello"
Entonces yo le cuento el significado. Y hago una apostilla, San Blas, el patrón de mi pueblo, Corporario, murió decapitado y quedó para la eternidad como el sanador de gargantas. Una curiosidad más. Un abrazo, Salva

Anónimo dijo...

Pues si, Salva,como yo soy de Corporario, pues allí nací y de niña viviendo en Aldea, el día de San Blas siempre ibamos con nustras
gargantillas todo el cla familiar, y cundo estaba interna en Oviedo, mi madre cada año me la mandaba en una carta y yo fiel a la tradicción me la ponía al cuello como tu muy bien dices y ahí permanecía tiempo y tiempo, yo creo que hasta que ya estaba un poco deteriorada, y a mi hermano Adolfo le pasaba lo mismo, por eso pertenecemos como él muy bien dice a esa cofradía, y en su libro el día de tu Santo lo cuenta,
recordando sin duda esas vivencias de niñez, sí narra tambien la vida de San Blas, yo no me quise extender
demasiado, no por mí, sino por los lectores que no les pareciese demasiado largo, pero me gustó al leerlo y para mí los escritos de mi hermano me apasionan sea de la índole que sean y si además traen esa reminiscencia de las raices de uno,aun más.
Un abrazo grande
Rosario Carreto

Manuel dijo...

Yo también en mi niñez, como tantos otros niños de aquel entonces, nos poníamos la gargantilla traida de Corporario y bendecida por San Blas, para que nos protegiera de las afecciones de garganta o las aliviara. Algún efecto surtiría; aquí estamos.
-Manolo-