martes, 14 de septiembre de 2010

CARTA A SELENE


Hubo un tiempo, Selene, en el que el se humano descuidó el espacio exterior en ese afán de la propia vida y del propio descubrimiento del espacio interior. Y estamos en el tiempo, hija, inverso: nos ha sugestionado la búsqueda des espacio exterior que nos estamos olvidando por completo del interior.. Ninguna de ambas búsquedas me parece la más correcta, quizá la correcta sea la búsque del ser humano en cuanto ser, el cual se encuentra en el interior y en el exterior.

Hemos inventado, sublimado, endiosado la época de lo externo, hasta de lo estrambóticamente externo. La ciencia, ese orgullo práctico de nuestra racional inteligencia, se ocupa más que nada de lo externo: los mundos lejanamente externos, las arquitecturas grandiosamente externas, las distancias aterradoramente externas por más que aviones y cohetes y transbordadores se empeñen en reducir.

Es nuestro tiempo, el tiempo de la fiebre de los externos, esto es, de la apariencia.Vivimos, cosechando amistades, nos vestimos, nos publicitamos, nos des-vivimos ( que no es vivir intensamente sino derrochar la vida ) por lo meramente externo. Nos afanamos en tener, en poseer que son los verbos matemáticos de lo externo. Nos afanamos en tener, en poseer que son los verbos matemáticos de lo externo. Hasta los lugares más cerrados, como las discotecas, por ejemplo, son para dejarnos desvivir por lo externo.

La educación, la programada y la no programada, es un aprendizaje para cultivar la vida externamente.. Nos hemos enfrascado en el mundo de la apariencia, hemos reducido el mundo de la realidad.Porque, la realidad total no es, hija, lo puramente externo sino la combinación.

Hablaba de educación.Y reflexionaba chequeando los currículos de nuestras carreras: ninguna materia que te habla del ser, ninguna que te introduzca en los por quésde la vida y de las personas, ninguna que te apunta a la transcendencia, es decir que te pueda sacar de la externa realidad. Mucha técnica, muchas fórmulas pero ninguna forma. Mucho laboratorio, excesivo aprendizaje teórico/material pero escaso análisis de sustancia.Me temo que estamos en proceso de deshumanización, porque si a ver vamos ¿ qué es el hombre? Ya se que medirás que ni siquiera los filósofos, que tratan de esas definiciones sustanciales se han puesto de acuerdo en el logro de una definición definitiva, quizá sea eso lo que menos importa.

Quizá lo más importante sea la preocupación por saber quién somos, el darnos cuenta de que lo que estamos creyendo que somos, o que nos preparan para ser, no es lo más acertado.Nuestra realidad definitiva es siempre la pregunta. Pero estamos en un momento de la existencia en que ya no nos preguntamos sino que, sin preguntarnos, poseemos.

Necesitamos, y me temo que con urgencia, volver a recuperar nuestro espacio interior. No digo a reducirnos en la oscuridad de las celdas o a inventar catedrales sin iluminación interior, pero sí a prender esa luz de nuestro espacio interior.

Comienzas a hacerme preguntas hija, por la pregunta se va hacia el camino interior, ese camino que nuestra sociedad, sobre la base de músicas de todos ritmos ideológicos, se ha empeñado en ocultar. Podemos hablar hoy de la conquista de la luna ( exterior y aparente ) pero no de la conquista del espíritu ( interior y definitivo ).

Un fracaso científico.

Texto extraído de " CARTAS A SELENE"


ADOLFO CARRETO HERNÁNDEZ